Relaciones Industriales en México.

El proceso que inició el surgimiento del estudio de las relaciones industriales de trabajo, “Relaciones Industriales”, puede empezar desde los orígenes del trabajo hasta la Revolución Industrial, de ahí su objetivo de estudio: el hombre en el trabajo socialmente organizado.

La carrera de Relaciones Industriales se fundo en 1953 en México y América Latina, en la Universidad Iberoamericana, por Agustín Reyes Ponce.
Esta carrera se fundó para que se pongan en practica los mecanismos que se consideraban y se consideran los mejores, con el objetivo de que conserve lo que es, su identidad, dentro de los limites tanto filosóficos como humanísticos, que proporcionaron sus fundadores.
Lo que se proponían era:

1. La comunicación filosófica acerca del hombre, el trabajo y la sociedad.

2. La formación científica en el campo social, para que el trabajo y la sociedad conocimiento claro y preciso de la realidad humana y social en la que se presta servicios profesionales.

3. Técnicas modernas que se aprovechen como instrumento medio, y ayuda para que el profesional, pueda colaborar eficazmente al desarrollo del hombre en su trabajo.


A la par en noviembre de 1966, la carrera de Relaciones Industriales se abre en el ITESO, por el padre Alberto Hernández Medina, con tan solo 25, en ese entonces la carrera se llamaba: Técnica de Jefe de Personal, la cual era programada para capacitar a quienes desempeñaran una función en las empresas y su campo de trabajo, se limitaba la industria.

Pasa un año y se abre la escuela de R.I., y cambia la visión de la carrera, ahora se ve enfocada al profesionista, como un agente de cambio, un protector de la dignidad humana y un promotor del desarrollo integral del hombre en la empresa.
Cuando vieron que la carrera de Técnica de Jefe de Personal y la de Relaciones Industriales, se parecían decidieron fusionarlas y desde ese entonces los alumnos se graduaron y se están graduando como relacionistas industriales.

El compromiso del licenciado en R.I, va más allá de nuestros conocimientos es necesario ser un mediador ante cualquier situación, tener una visión objetiva en el momento de resolver problemas, la ética profesional es parte esencial de nuestra labor, por ello llevamos dentro una gran conciencia y responsabilidad ante cualquier situación humana.